sábado, 20 de agosto de 2016

COMO DESARROLLAR LA VIDENCIA

Hay un momento de la vida en que muchas personas se animan a dar un salto. Esto sucede cuando alguien se anima a reconocer al mago que lleva dentro. El destino del hombre es el de evolucionar: comenzamos la historia de nuestra especie siendo cazadores, sobreviviendo en un ambiente hostil a merced del clima y teniendo que cazar animales enormes.
Quizás desde entonces hasta ahora, la humanidad guardó en su inconsciente colectivo esa sensación de desprotección, de tener que huir, que nos lleva a matar y a continuar huyendo, incluso de nosotros mismos. Que algunos, individualmente, logran superar creciendo y modificando ciertas pautas de conducta.
Vaya a donde vaya, la sabiduría de quien llegó a este punto de evolución tiene la conciencia del infinito, de la eternidad, de las coincidencias con significado. En este punto de evolución, el alma puede encontrar rápidamente la respuesta a todas las preguntas.
Una persona puede estar atravesando varias de estas etapas al mismo tiempo. No es una secuencia lineal: muy por el contrario, cada persona experimenta sus propias vivencias a lo largo de su camino particular.
A lo largo de la historia personal, las preguntas existenciales como la de ¿Quién soy?, ¿de donde vengo?, ¿Hacia dónde voy? van teniendo diferentes respuestas. Cuando llegamos a la verdadera sabiduría, la pregunta y la respuesta son una sola cosa, ya que estamos en un estado de paz con el
Universo y lo podemos entender.
Un camino provechoso para desarrollar la videncia, es el de tener muy en cuenta lo que soñamos. Todos los sueños incluyen una serie de mensajes, a los que generalmente la gente no presta demasiada atención. Sin embargo, ahí está la punta del ovillo principal para descubrir de lo que es capaz nuestra mente, y empezar a estimularlo para conocernos mejor.
Lo que puede hacerse, en un principio, es prestar atención y tratar de recordar, cada día, lo que soñamos la noche anterior.
En ese momento, nuestro cerebro está libre de las ataduras cotidianas, y produce una serie de mensajes, en los que están entremezclados los residuos de la experiencia... y muchas otras cosas más, que hay que aprender a descifrar. Premoniciones, señales, anticipos de lo que vendrá... aparecen en nuestros sueños nocturnos, y todas las personas pueden aprender a revelarlos.
Pero cuidado: no todos los sueños “sirven”. Es importante apelar a nuestro sentido común para seleccionar aquel sueño que tiene un significado especial.
Acostumbrarnos a recordar lo que soñamos. Anotarlo tal cual lo recordamos, antes de comenzar a interpretarlo. Buscar en ellos la presencia de algún recuerdo anterior, mezclado con alguna simbología en particular, para poderlo interpretar.
De este modo, poco a poco, vamos aprendiendo a interpretar aquella voz que todos llevamos dentro, entendiendo aquello que nos dice acerca de nuestro pasado... y de nuestro porvenir.
Otra forma de desarrollar la videncia es dedicarse a la meditación, con el objeto de entrar en contacto
con nuestras propias energías.